"en esa caverna nací yo (...) sin voluntad ni valor de cambio" dice uno de los poemas.
La caverna es el lugar donde las ideas y emociones rebotan en las paredes como un eco insensato. La caverna es mi cabeza, una cabeza desnuda. Esos ecos hacen un murmullo que es mirada y que a través de los ojos se alimenta. Las manos hacen el resto.