HIEROFANTA1
Introducido en este lugar santo
donde dicen las almas se purifican,
solo una voz sonora y majestuosa
cegaba el terror de mi pensamiento.
Apenas lugar para la respiración,
fijé la vista en la estatua de la diosa,
resplandeciente de luz y desafío,
como un farol para un insecto.
Sus emblemas2 me inquietaban,
como a un labriego la luz gótica,
y su negra mirada sin fondo
era un abismo de peces y esporas.
–El puesto que los dioses te dieron–3, dijo.
Apenas pronunció estas palabras,
se abrieron con estrépito sus muslos de bronce,
ofreciendo a la vista un anillo, una piedra y un río.
Allí vi y oí cosas que no se pueden revelar.
Únicamente diré que,
en la embriaguez de una alegría santa
me paralicé como una estatua de agua.
Sin embargo, a pesar de todo lo visto y oído,
no fue más que una ceremonia vana4,
pues diariamente quebranto el juramento
que hice cuando sus muslos se cerraron.
La vida así,
son esos momentos de claridad y fusión
en la débil luz y las sombras de la caverna5.
Muchas de las frases de este poema están "resbaladas", "sampleadas" o reelaboradas, literalmente del _Compendio del viaje del joven Anacarsis a Grecia, de Juan Jacobo Barthélemy.
1 sacerdotisa de Eleusis, en Grecia, que presidía la celebración de los misterios sagrados. Maestra de nociones recónditas. _DRAE. Para traducir el acto de manifestación de lo sagrado, Eliade propone el término «hierofanía», que es preciso, ya que se refiere únicamente a aquello que corresponde a lo sagrado que se nos muestra, a una toma de consciencia de la existencia de lo sagrado, cuando éste se manifiesta a través de los objetos de nuestro cosmos habitual como algo completamente opuesto al mundo profano.
2 jeroglífico, símbolo o empresa en que se representa alguna figura, al pie de la cual se escribe algún verso o lema que declara el concepto o moralidad que encierra. Cosa que es representación simbólica de otra. _DRAE
3 El puesto que los dioses te dieron: en la obra citada de Barthélemy, la hierofanta muestra el infierno y sus horrores para quien se atreva a abandonar el puesto que lo dioses le dieron. Lógicamente, aquí adapto toda la historia y significación del texto a mi gusto.
4 vana, pues como el Deseo, cae perdiendo entidad en la caída para reconquistarla en la próxima ascensión.
5 luz y sombras de la caverna: las excursiones del pensamiento, las divagaciones. Las figuras que el hombre del paleolítico veía en las paredes de la gruta cuando su antorcha iluminaba, con su movimiento, piedras, texturas y cuerpos.