ARMAZONA
—a Andrea
de la estructura que nada alcanza
nació tu cuerpo,
de la memoria atada de mi deseo
del árbol seco de mi pecho de barro,
comprender qué,
para qué,
por qué,
comprender tu tronco con mi abrazo
explicar lo que mis ojos no pueden ver
sino en retazo,
solo tu rostro encaja en la medida de mi recuerdo
solo la cobardía del arte esconde la mano
la disfraza para mostrar el diamante negro
de la mirada,
la mano del ojo que inventó tu esquema,
que lo midió,
y sobre tu cuerpo derramó el agua
y con una hoja de papel
lo secó
hoy escapa tu nombre
de la estructura hueca que nada alcanza
como él escapa de ti,
la carne no era bastante,
el recuerdo, sí.