el poema se construye en la escoria
en los estratos de una subjetividad impura,
metaboliza el ser en la palabra suspendida
recicla la vida, el pasado, la lectura
deshecha en el fondo en cadáveres y conchas,
me sedimenta su rueda de la fortuna,
soy parte del océano sucio de la vida,
un órgano sin fin, un celo, una obsesión
y supuro una visión cualquiera
en el ácido que asciende desde el lecho,
disuelve el borde de las palabras
en un polen o esperma que turba la mirada
—la vida ciega de la vida—
el sentido de la flotación y la deriva
del insecto en la tormenta de arena
o la palabra presa en el diccionario
en la ley en la cadena cuando arden,
tecnología del yo es el poema
soy todo y nada en esta noria
la posibilidad arrumbada en la caída
el ser extasiado en la cima de la vena,
soy la vida y soy la muerte
tendencia y alegoría,
soy el silencio que anuncia la catástrofe
del ser hecho poema