Aquí, la clave es:
más allá de los nombres conocidos (verso de Ciudad,
de Manuel Vázquez Montalbán1),
columna vertebral, misa sin parroquia,
palabras que parece pronunciar el metro
en la boca del túnel
—ocultas, suburbano lamento— o
rumor que aún albergan habitaciones
conque nutrir el sueño de los viajeros
y los espejos… (bueno, esto otro día)
radical y sombría
la primavera
chillando amarillo camuflado en el verde
—Nines me lo enseñó— o
el devenir de los días del año que,
más que suceder, se hiperponen,
un nichal2 de incertidumbres, lugar de tiempo,
para así nutrir la poesía
en el cadáver interior, y abajo y arriba, limo de
la felicidad perdida, inevitablemente popular
en el cimiento de una tristeza cansada
—las celebraciones, ad nauseam reiteradas—
para recobrar el paraíso uterino, olvidado
en la leche materna, en la mirada del padre
un mundo
de servidumbres y esperanzas ancianas
bajo el peso de la memoria
y sus nombres.
Siguiendo la página 28 del Estudio preliminar, de Manuel Rico, para Manuel Vázquez Montalbán. Poesía completa. 1963 - 2003. Memoria y Deseo.
Como tantas veces, merece la pena, en este caso, leer todas la acepciones de Sustrato en el DRAE.
1 Concretamente del poema El Dos, de dicho poemario.
2 nichal: neol. conjunto de nichos.