Aupado sobre los despojos de
la exquisita fractura,
calmo paisaje de heridas
cementerio de automóviles
materias, latentes esquinas que
encerrar en la palabra
escritura
quedan los objetos
cambiantes profundos
aislados de su tiempo
en la chamarilería del texto
sin
clase ni oficio
gesto que eleva la mano
a la plenitud de la mentira
dualidad del nombre en la mirada
gótica rutina que ensalza
ruido y forma sobre alfileres
insectos
atrapados en sus seres
sobre la página demolida, presencia
de espectros.