Se me ocurre que Capote
Le podría haber pedido el título a Perry,
El título de su obra
—Vida y Obra de Perry Smith—
Podía haber dejado su saliva fluir
Abandonar la celda
Lamiendo los barrotes y los azulejos,
Como una serpiente que vuelve al refugio,
Podía haber dejado al sabor metálico de su memoria
Burlar el olvido
Por los pasillos de una vida que se ausenta
Y caer en los caminos
Como pezuñas de caballo negras
Sobre la nieve de un páramo blanco
Por escribir
Así titularía el libro y así se leería
Con las manos y la sed
—Los ojos quemados por el sol—
Sabiendo que en su ausencia
La hierba, la buena y la mala hierba,
Lo mantendría abierto,
Y contaría su historia a quien quisiera
escuchar
Sin embargo,
Capote prefirió lo amarillo,
La mierda mágica del dinero, diría Edmundo de Ory,
Y el sexo de la celebridad
P.D.
Perry murió colgado por el cuello hasta romperse.
Capote se rompió colgado del cuello
de la botella.