la luz del sol crea, cada mañana,
la ilusión del espacio y el tiempo,
mas, antes, en la noche,
todo está detenido y oscuro
como el agua de un lago
su reflejo es interior,
y el cielo negro es azogue, estrellado,
y la tensión superficial del agua
no deja penetrar la mirada
agua de mercurio
adherida al cinabrio
conque manchas mi cuerpo cada noche,
sangre de la tierra y el cadáver,
solo palabras que cierran
un sentido,
como manos hundidas en el barro
un río de mercurio bajo mi tumba
duplicando mi nuca para nada
borrando los limites
que me nombran cada mañana
cuando la tierra se humilla
ante el sol
no cedamos al día,
ahondemos la noche oscura,
sin hilo ni corona,
y si, aún así, la noche muere,
levantemos una estela negra
que no diga nada salvo la noche,
sin palabras,
la noche desubicada