—a James Cleveland “Jesse” Owens
y todxs lxs mártires de la visión blanca.
Jesse Owens
desbarata la fofa superioridad del fascismo
en su cara arena de Berlín
mientras
en su país, sus hermanos
cuelgan de los árboles como extrañas frutas
y arden en la chasca católica
como mujeres libres del medievo europeo
y sus universidades.
Y aún sigue siendo así.