y sacien vuestros ojos a la muerte
En el Hotel Sitiado
cede al reloj el verso de su cuerpo,
expropia a la telaraña el tiempo detenido
y hace de la fría hoja, Templo de la Eternidad,
cautivo a voluntad de una Tour Farnèse sin altura
toda la estancia, inmóvil, le parece ausente
como sauce rendido a la fotografía,
y del olvido, herrumbre.
En la ventana claustral, la realidad mapeada
guía a los erráticos del exterior en reato hilo de luz
hasta un horizonte de anémico sol, grana y añil.
Los ve cruzar a través de los hierros, como reflejos
en su propia alma, acrisolados
bajo un astro viejo que unos consideran dios, y otros
curtidor de pellejos.
—¿puedo obviar aquí
a Harry Lime escupiendo desde la noria?—
Ausente el tiempo —Bowman en la alcoba Louis XVI—
contempla la piedra lenta en que convoca
varias etapas de sí mismo, de su ser para sí,
bajo el son no humano de un reloj producido para el uso
—espetó Hildy sin despeinarse, al infeliz Earl,
mientras Mollie Malloy maldecía en la cara a los periodistas
y de paso, a todos nosotros, cobardes espectadores—
el sentido de la producción, pensó,
es alcanzar la Hora del Lobo, de las sombras y errores,
y reconstruir la muerte, ese tiempo florido que
huele mal en los cuerpos, y en el poema
languidece amaneceres.
venid, venid, fantasmas, a poblarme,
estoy abierto en este jardín espeso y cerco, dijo,
lamiendo la piedra, de nuevo, oscura
en que dejar su polución.
—Hotel Sitiado: los amaneceres en cálidos hoteles sitiados. Ostende, de Guillermo Carnero.
—venid, venid fantasmas a poblarme / y sacien vuestros ojos a la muerte : primeros versos de Galería de retratos, de G. Carnero.
—Tour Farnèse: Torre Farnesio, lugar inventado de La Cartuja de Parma, de Stendhal, donde es encerrado Fabrizio, y donde disfruta de la soledad y la vista.
—Ser-para-sí: Expresión que, en la filosofía existencialista de J. P. Sartre, designa uno de los niveles de ser: el ser de la conciencia; es decir, aquello que hay de no-objeto, de humano, en la persona, por contraposición a su realidad "cosificada". En la medida en que el ser-para-sí no es una cosa, se opone al ser-en-sí, por lo que no siendo esto ni aquello, no poseyendo una esencia prefijada, ha de dotarse de su propia esencia, ha de hacerse, lo que exige la libertad, que resulta ser la condición fundamental del "ser-para-sí", del ser humano.
—la obra como ejercicio frustrado de trascendencia y perduración: la inmortalidad es patrimonio de lo muerto. Domus Áurea, G. Carnero.
—curtidor: El curtido es el proceso de convertir la piel putrescible en cuero imputrescible (es decir, muerta).
—Harry Lime: protagonista en la sombra de El tercer hombre, novela y película. Vende penicilina adulterada.
—la Hora del Lobo: La hora del lobo es el momento entre la noche y la aurora cuando la mayoría de la gente muere, cuando el sueño es más profundo, cuando las pesadillas son más reales, cuando los insomnes se ven acosados por sus mayores temores, cuando los fantasmas y los demonios son más poderosos... Ingmar Bergman.
—Dave Bowman: astronauta protagonista de la película 2001: Una Odisea Espacial,
de Stanley Kubrick. Después del lisérgico viaje a través del monolito negro, aparece en una habitación con muebles de época Luis XVI en que el tiempo se disloca y vemos envejecer al astronauta con el monolito a sus pies.
—Hildy Johnson, periodista de His Girl Friday, de Howard Hawks, que cuando entrevista al preso condenado a muerte injustamente Earl Williams en el calabozo, discurre la idea loca de que usar una pistola es lógico por estar producida para ese uso. Mollie Malloy, novia de Earl, abronca a los periodistas amarillos en la sala de prensa, en otro piso de la penitenciaria.
—reato: obligación que queda a la pena correspondiente al pecado, aún después de perdonado. Elegido por reata de bueyes, del poema Eupalinos, de G. Carnero.
—acrisolados: depurados. Fundir en el crisol por medio del fuego, alguna materia a temperatura muy elevada.