Si estiramos la página —sin límite—
de cualquier prosa,
obtenemos poema de largo verso, horizontal.
Si encogemos poema con igual método y autoridad,
obtenemos gotera de canalón,
averiado texto.
Pruebe a colocar la cabeza bajo esta avería,
y escuche con el cuerpo,
y comprenda,
y muera lentamente
enloquezca.
¿No es acaso, esto, la vida?
El espíritu es tocado, gota a gota,
por la palabra