yo leo a Kant, dijo la estúpida doctrina
manifiesta superficialidad de la acusada
ni monstrua, ni demonia,
apenas una tendencia a la irreflexión
—como alguna persona normal—
sentido del deber, escrúpulo,
la banalidad de su mal no está en Qué
sino en Por Qué
detrás de la actuación de la funcionaria
nada hay
y ese es el Horror
el ser humano transformado en algo
superfluo,
esta mujer tiene déficit de pensamiento
incapacidad de juicio que
en su vida personal no se da,
ella conoce ideas, teorías, técnicas
pero, no piensa ni siente empatía
no tiene un diálogo interior
una íntima reflexión crítica sobre su
ejemplaridad
y ella es de sus votantes, su masa social,
egoísta, arribista y dogmática
buena gente de buenas costumbres,
acríticamente inocentes y dulces
—La tradición siempre es buena—
aniquilado el diálogo con la conciencia
insensibles nada nos sería dado
descerebrados nada sería pensado
loro del imperativo categórico tú sí
Lipstick to Void
Mirror to Vortex