De ci de là, comme le vent varie,
À son plaisir sans cesser nous charrie.1
François Villon
No entiendo la poesía en el cuerpo,
no entiendo mi presencia en comunidad
cuando nada surge o algo, y solo soy un bulto que habla
un estar, en la espera,
un figurar por habitar colgado2
en la útil carne de la identidad,
compartiendo
una dicha de aire.
¿Acaso puedo dejar de aletear, y caer
extramuros de este penal de bondad?
¿Acaso sería el aire inorgánico de ese silencio de figura
batido como un olor más,
sin decir nada,
como la voz de la muerte que acariciando
revolotea en este jardín de fantasía?
Mas, ese aliento, desde la boca
arrojándose ante los cuerpos, a los mortales pechos
y sus penas que ninguna confesión apaciguará,
es espejo
en que la palabra chorrea cualquier día de lluvia,
negando el reflejo
que ya no es.
Dejaré de ser solo carne que balbuce.
Declama3 pues, atrabiliario poeta, de abajo a abajo,
ante el vaso de leche y el cigarro, o suspenso en la atracción de feria,
declama
el fin de los tiempos en ese dejar de ser, a gritos,
invisible,
incubado en la sombra del texto.
El poema surgió a partir del anecdotario de los últimos días de Leopoldo María Panero. La imagen que lo disparó, en concreto, fue el vaso de leche que tomaba con fruición en bares y presentaciones, y su propia figura declamando en público sus poemas, entre lo incomprensible, lo perdido y, sobre todo, lo humano.
La idea era mi disgusto al ver a alguien declamando un poema, que, como cualquier teatro, rompe el sentido, el placer, al hacerlo espectáculo. Ante esto, la lectura o la escucha sin referencia, sin adjuntar un cuerpo, una presencia que nombre el poema: la boca, mascullando el poema.
Escribí entonces:
Como el vaso de leche
no entiendo la poesía en comunidad
1 Aquí y allá, según varía el viento, / A su placer nos lleva sin cesar.. De Balada de los ahorcados, de François Villon, 1489.
2 colgado: al pasarlo a limpio estas palabras me llevan a El Colgado, arcano XII del tarot de Marsella: inmovilidad, no elegir aún, gestación, meditación, profundidad, demora... He librado mis manos del deseo de asir, de apropiarme de las cosas, de retener. Sin abandonar el mundo, me he retirado de él. Conmigo podéis encontrar la voluntad de entrar en el estado en que ya no hay voluntad. En que las palabras, las emociones, las relaciones, los deseos, las necesidades ya no os atan. Para desligarme, he cortado todos los lazos, salvo el que me liga a la Consciencia. De La Vía del Tarot. Alejandro Jodorowsky. ¿Cómo aplicar esto aquí?
3 declama: del latín declamare, hablar en público. Etim. prefijo de- (de arriba a abajo) y clamare (gritar, pedir, exigir en voz alta).