Quería una misión y por mis pecados me la dieron.
Benjamin L. Willard. Apocalypse Now
De la triste carne, adornada pesadilla
de velos, seducciones y frágil maquinaria,
de la triste carne húmeda, animal olor contra la poltrona
de los días bacterias sobre la puta sábana
fiel autorretrato y sus hierros santos
trabajos
entre el cuadrado del calendario
y el círculo del tiempo, vicioso
ignorar el Sol
y quemar el deseo en el orgullo,
vivir como autoridades crear disimulos,
donde solo hay violencia
taparnos,
taparnos para mejor disfrutar la dislocación
una pizca de anestesia.
La triste carne de la virgen violada
y el dios que muere en disfunción,
la lujuria disfrutona del fiel torturador
—Venid, venid y sed vendidos—,
en una tienda de ropa trendy o un local de moda fuck
o en la bendición de un padre y su dulce aroma
incienso y vinagre, político
que mira conejos fornicar,
mientras
un perro le devora el alma —confiesa—
organismo sencillo, ajustándose la corbata,
y la baba de dios le ahoga en su sabiduría
y te toma de la mano
en esta colonia,
el sonido de los hogares, magnetia vida,
es el tácito sonido del horror.
Hay notas de la canción Colony, de Joy Division:
una pizca de anestesia /
dios en su sabiduría te tomó de la mano /
en esta colonia /
el sonido de los hogares.
Venite: lat. venite significa tanto venid como sed vendidos.