(…) sus labios seguían
severamente cerrados,
pegados uno a otro,
negándose a la palabra y a la bebida
_de (a) Ignacio Prat
la supuesta lógica de los acontecimientos
no es más que fascinación
cantárida de los asesinos
juego lúgubre
donde se insinúa (y acepta) la quiebra
y el abandono
disfrazados de admiración
[espacio en blanco, núvol]
fiera sin jaula, hilo sin aguja
de miedo mearía ante mi infancia
este dudoso equilibrio o temblor,
la locura de la caída
desde que se lanza el cadáver al agua
con un poema en la boca
hasta recoger las palabras
melladas, blandas y locas
entre anélidos fríos y mejillones…
¿quién necesita alcohol?
[dos meses después]
un hombre ficticio, de verbo surtido,
un engaño, una ilusión
a lo largo de la costa griega
ni barco ni caballo
se estrella
contra el cielo de mi paladar
y caen
como lluvia de oro, esperma o liquen
oh Dánae, sedienta y enferma flor,
los perros que velan mi avidez
[finalmente,
un terrorista hizo volar la imaginación]
el hombre que nunca divino
era cierto,
y verde,
y de álamos, fresnos, saúcos y olivos
lamía la corteza en el anhelo
de hablar injurias y certezas
con los animales mínimos
[and let me tell you, blabla, bla…]
sin embargo (desembargado),
donde no es posible mentir
no hay necesidad de afirmación —dijo
el escarabajo, mientras desnudaba
al hombre de su corteza,
o de su yo