Húmedo refugio distancia que oprime
bancos de la noche. El universo es nuestro.
Extraño una flor,
una mano, íntimamente oculta,
rescatar bajo la seda, labrados bailes y encajes,
acaso musgo.
El aire frío del reloj, brillante
violencia de pasos aprendidos, pulsa las cuerdas,
no solo de la sangre que conoce lo que amo,
sino del valor trágico y hundido de la razón
en mí surgida,
tan separada de las vidrieras de las Gracias.
¿Embarco a Citera?, no,
círculo de nogales, emblema
de losanges, la sangre que resuena en la risa,
la gracia respecto al poema.
No, no soy un extraño. Soy un grosero arlequín
enguantado en la desnudez de las estaciones.
La mano crea belleza,
dicen. Mirad al costado de la muerte:
a los trágicos bulevares, a los senderos intuidos en su cauce,
a la alegoría confinada que es la vida,
al coronamiento de ágatas en seres ajenos o ficticios,
al poema que devuelve,
a la mascarada, a la mentira.
Distancia oprime. Resonante desnudez,
danza.
1 Losange: dibujo de diamante que decora el traje del arlequín. El origen de su significado se remonta a épocas neolíticas y paleolíticas de Europa oriental, y representaría un campo sembrado y la fertilidad femenina.