SHIBARI
Mi piel es blanca y cuelgo hacia arriba,
elevado sobre el suelo.
Soy un payaso y una prostituta1,
irresponsable y vulnerable.
Con mi cabello hice la cuerda
que dibuja el ojo de mi pecho,
y en esa decisión incubo y arrobo
la piel interior de mi párpado.
Arde la línea que me nombra
y separa de mi propio conjuro,
del movimiento esclavo liberado,
del sonido de la trompeta sorda.
En las pupilas de mi ojo no hay luz,
¿a quién le importa?,
los datos nacen en la oscuridad
y en la oscuridad chocan;
la piel vibra como el agua en la tormenta,
tumbada y extensa en la vía dura.
La base de la obra es una fotografía de Nobuyoshi Araki.
1 Georges Rouault en la memoria.