LATENCIA
El calor sumiso de la porcelana
desapareció en el blanco y suave borde,
invirtiendo su esencia, su calor, en drama,
en agujero en el recuerdo,
en imagen perforada, en fantasma
ese calor de tu piel, de tus nalgas,
transita los sentidos sin apariencia, sin ojos,
sin labios, sin manos,
y se aloja en las paredes húmedas de mi cabeza
y chorrea hasta el suelo, ya barro
oculta, escondida, aparentemente inactiva
es su condición, como la memoria,
como el deseo, como la muerte lenta del día
hasta solidificarse en el papel y la noche
hasta secarse en la tinta y la sábana
el tiempo que transcurrió entre la ilusión,
la idea, la palabra y la línea,
ha criado musgo en mis paredes,
hollín en mis ojos, desorden en el aire,
como una enfermedad que altera el gesto
lo invisible y el síntoma,
la razón del bosque translúcido y petrificado,
las esporas de aquel segundo imposible
gangrenan el papel, dibujan venas
donde antes solo había vacío y ahora
visión y memoria de porcelana