GELATIN
El paraguas se hacía ver, epifánico.
Si no llueve, protege del sol, del calor protege.
Bajo el paraguas los tentáculos: esos brazos, esas piernas
y todos sus goznes, calientes y húmedos bajo el paraguas.
Bajo el paraguas amanecen las sombras,
todas las variaciones de sus cortes en la imaginación.
Me mira esta medusa bajo el paraguas, sin sorpresa,
con piedras blandas y oscuras en las cuencas,
y en mi estimulada mirada dibuja el arco de su espalda.
Todo proteína, columna de gel transparente,
tejido conjuntivo aglutinándose en forma dispar,
huesos y cartílagos armando la membrana
a 18 grados, menos en los goznes,
en las puertas y en las ventanas de tu habitación,
en la hidrólisis de mi mente.
Iluminada, reflejada, translúcida, filtra mi deseo
y solidifica, congela o lo que tú quieras,
una posibilidad entre infinitas coherencias.