A LA LUZ DEL MÉTODO
Es difícil encontrar la comunión ante su rostro,
sostener la mirada llamando a la apariencia desnuda de su visión,
pues el fundamento más laxo y hondo aún
pauta cualquier paso y paso en un escenario de antojo y dispersión.
Es difícil realizar un nivel más claro, un resultado
que ponga en evidencia el vacío del acto y el alma,
el arrebato espontáneo es nombrado obra de arte
cuando no es más que fruto amargo de suerte, colapso
de una mediación intelectual en la víscera del mundo, su carne abierta.
—Tu veux voir mes guenilles? —disait-elle.
En esta ventana, la más clara ejecución del autor contra la pared blanca,
el abono nutricio del abismo, a sus pies, bajo el puente,
apunte pretende, exige, demanda.
Ese es mi mundo, mi trama, mi bruma, oh vía sin rumbo.
La más clara realización del régimen de lo oscuro, enfáticamente.
—Je tremblais.
Escrito a partir de la fotografía de un catálogo abierto de Fernando Zóbel, guiado por el título de ese apartado.
El texto en cursiva pertenece a Madame Edwarda, de Georges Bataille:
—¿Quieres ver mis trapos? —dijo ella.
—Yo temblaba.