¿sería entonces un poema en que yo
no estoy
robar tus palabras, perseguir tu aliento,
cortar la hierba bajo tus pies
para ponerla bajo los míos,
sería como
una enfermedad
contagiada en el tiempo de un abismo o
campanas oídas en distintos lugares
señalando nuestra ausencia en el otro,
como la sombra del pájaro sobre el barro
de ambos,
un pájaro que obscenamente vuela
plagiando a un viento sin nombre
qué oscuro será el poema entonces
cuando en la boca encuentre el eco
y la espuma de la rabia y
en el cuerpo blanco de la inexperiencia
repose
será,
entonces, un canto en que
irremediablemente estoy,
derramado por muchos vientos y bocas
y barros y aves y enfermedades y hierbas
bajo el firmamento, como un sudario que
apenas cubre mi rostro del veneno de
la vida?
siguiendo Plagiando a Mallarmé, de Leopoldo María Panero.