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Llámame Kulzphazur, Señora

oh, Señora,
cuéntame una historia tuya, de tus labios,
para que te conozca,
una historia escrita con tu aliento y tus huesos
una historia dura, extraña,
verdadera y falsa,
una historia que no pueda comprender,
la cabeza estará en tu cuello,
mientras tanto;
hueles como si hubieras pasado la noche en misa
retozando,
te prometo que no te haré daño
tu cabeza está en tu cuello,
Señora,
nunca antes te pedí nada, ni deseé tu voz,
recuerda que solo es un juego,
un juego de reyes,
de niños y ermitaños,
un inútil juego de ofrendas que se dispersan,
corre, Señora,
espero tus palabras como el caballo la espuela

la voz de un gigante descansa en mis huesos
blancos como la harina de lirio y tu pelo
dulce Señora, sé alegre,
¿no oyes cantar al ruiseñor?
te golpearé con todo el cuidado que tengo para ti
te prometo que no te haré daño
recuerda que solo es un juego,
que nunca pedí tu ayuda, de todos modos
no soy un caballero,
solo soy
unos huesos que no descansan,
real o espíritu, es lo mismo,
sé alegre, Señora,
y descansa tus huesos en mi lecho,
no soy un caballero,
la voz de un gigante te arropará
es este juego,
nunca antes pedí tu ayuda
yo, el más grande rey de nada,
llámame Kulzphazur, Señora

y antes de dormir,
antes de cerrar los ojos,
di mi nombre bajo la sábana,
bajo esta sábana de voz
sé alegre, dulce Señora,
ya estoy listo, ahora estoy preparado
para desaparecer en tus palabras
y que descansen mis huesos y mis noches
en tus labios,
te prometo que no te haré daño
recuerda, es solo un juego,
te esperaré aquí dentro de un año
y te daré lo mismo que tú me des,
en lo profundo de los bosques,
de la carne y de los huesos,
de la lujuria olvidada
que el cielo deje caer

tus palabras, Señora

Este poema está elaborado a partir de los títulos de las piezas musicales que forman la banda sonora de El caballero verde, compuesta por Daniel Hart.
¿Quién habla? No lo sé. Le nombro Kulzphazur, ancestro, según la lingua ignota de Hildegard von Bingen, que Hart utiliza en uno de los títulos. Quizá es el poeta, rogando/exigiendo inspiración a la poesía (Señora); quizá un ancestro, un saber, un deseo que se diluye en el presente y me impregna; quizá solo sea yo, jugando a ser el rey de la palabra.
El motivo de la decapitación, muy presente en la película, remite también a Scheherezade y su no poder dejar de narrar para conservar la vida.
Por otro lado, me lleva al acéfalo de Bataille, a la necesidad de olvidar la lógica, la sensatez, el sentido común.
Los versos en cursiva, pertenecen a la letra de la canción Aiganz O Kulzphazur, uno de los cortes de dicha banda sonora. Su traducción, libre, es mía.
Hay, en todo el texto, un barro de sensualidad, violencia y creación.