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de mi sed

—página de un diario—

… y parado en las roderas del camino
bajo las nubes negras del temblor
en la cruz que dibujan Orión, la rueda
de molino estática y cáliz verde que devora
los antros de la religión,
solo el viento afronto
solo el viento que ante mis ojos,
luce el resplandor escondido tras el horizonte
confuso el alma
como un signo de vida que no quiero
comprender
lujo sobre el cuerpo de la noche de mujer
ombligo de luz
áscua del día indiferente
todo mi ser encuentra refugio por un instante, suspendido
en el fulgor de esa mirada ciega oh párpado, que se cierra
sobre mi rostro de carnero, sobre mi vida la noche
boca de Nut, oh Nuit y sus ramas, y
               mi sed,
                   y mi sueño.