solo comentarme a mí mismo para…
o comentar lo que no soy para…
solo hurgar la sucia boca de la sirena
que me llama
su curtida úlcera
su prestigio de moqueta y copa
de premio o estantería
solo hablar y hablar inútilmente
hablar al espejo
hasta que la saliva
no me deje ver mi propia sombra, mi rastro
es una crucificción en la página
revelación de un ego negro
—Oh, da vero, venerad mi herida—
última línea de un libro sin fin
y sin comienzo
engaño de la utopía ilustrada
cruz de los malditos y yema del incienso
esfera de mi cráneo cristalino
donde un cuervo deja su excremento
el cadáver de un tiempo que ahora
espanta las flores
reliquia de mi mano
reducida toda a símbolo de rencores
contra el papel
advenimiento
espejo informe