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Ciprés oscuro


ni siquiera Dios es superior al poema1



Leído imaginariamente en un muro:
—la infancia, otra vez—
unos pasos perdidos, un sentido
bajo la engañosa luz del cielo para el hombre
que no está sino aquí, donde el demonio es encerrado,
en este cuerpo envejecido,
ves crecer en su boca
botellas vacías y cruces de amor para alimentar la ceguera
y diga su última palabra a la luz de las estrellas
y vea, en las afueras del palacio de su nombre,
insectos perseguidos por los perros
un nido de víboras atormentadas por la lluvia
el abismo de los pájaros en su caída al cielo
y como un ciprés oscuro
proyectando su sombra en la vida de sus semejantes
estatuas en el jardín
como una enfermedad furtiva,
ya no hay nada en su cuerpo camino de los lobos
anónimo símbolo del evangelio
el templo ha sido arrasado bajo el crujir del viento
entre los labios de los pájaros,
del vampiro escondido en el poema de su frente
apenas oculto el poeta, cabeza
que atraviesa la página
para morir solo en la literatura


(quizá cambiar el orden de los versos o, incluso, trocearlos,
para así mejor hacer desaparecer el cadáver y mejor revelar
el enigma de la creación)

1 del poema Lo que Stéphane Mallarmé quiso decir en sus poemas, de Leopoldo María Panero.
demonio: gr. daímon. Antiguo uso, anterior al cristianismo, que significa ante todo cierta divinidad, buena o mala, que no está en el panteón de los grandes dioses, sino como cierta divinidad "menor". Así es presentada en Platón en muchos diálogos ya como un intermediario entre dioses y hombres, o como un "genio" del propio Sócrates, que, curiosamente, le dice qué no tiene que hacer. Divinidad mediadora.
evangelio: gr. buena nueva, mensaje feliz, el que anuncia una buena nueva.